En los últimos años se ha acrecentado la preocupación acerca de los microplásticos (MP) como contaminantes emergentes con un significativo impacto en el medio ambiente.

En los MP se engloban todas las partículas plásticas inferiores a 5 mm, incluyendo un amplio rango de pequeñas partículas que pueden ser fácilmente ingeridas por organismos vivos. Esto implica la posible ocurrencia de múltiples efectos no deseados en la vida acuática, incluyendo problemas digestivos, menor crecimiento, daños metabólicos o comportamiento anormal. Asimismo, los microplásticos se introducen y acumulan en las cadenas tróficas acuáticas, tanto marinas como de agua dulce, causando toxicidad y pudiendo alcanzar la cadena alimentaria humana.